ACABADOS
Limpieza: Es un acabado elemental pero que industrialmente tiene una gran importancia. Las fibras naturales crudas tienen engomados que hacen que la tela se haga más rígida y que interfieren en la absorción de líquidos. La tela se debe desgomar antes de aplicar cualquier acabado.
Blanqueo: Se utiliza para eliminar el coloreado de las telas. Todo blanqueador daña el tejido; debe aplicarse con precaución y controlando la tinta y la concentración de agentes reductores.
Carbonizado: Tratamiento que se aplica en telas e hilos de lana con ácido sulfúrico, destruye la materia vegetal de la tela. Se hace también con la lana regenerada para así poder eliminar cualquier celulosa que haya sido empleada en la tela original.
Mercerizado: Es la acción de la sosa cáustica sobre la tela; se utiliza en el algodón y lino y consigue un aumento del lustre, el brillo y la suavidad. Provoca un encogimiento del tejido de hasta un 25%; aumenta la resistencia y produce una mayor afinidad a los colorantes.
Goseado: Es la combustión de los extremos protuberantes de las fibras que se encuentran en los extremos de las telas, o en la superficie y que producen en ellas asperezas, matan el brillo y dan lugar a la aparición de pilling. El goseado es la primera operación de acabado en las telas de algodón que vayan a recibir tratamientos transparentes.
Rasurado: Las telas crudas se rasuran para eliminar las fibras sueltas o los extremos de los hilos, nudos y otros defectos similares. Las telas de pelo y las perchadas se rasuran para controlar la longitud del pelo y la superficie o para producir un diseño o dibujo sobre ella.
Cepillado: Sigue al rasurado, para limpiar la superficie de la tela y eliminar residuos dejados por el rasurado.
Batanado: Se aplican en las telas de lanas para mejorar la apariencia y el tacto. Las telas se batanan por la aplicación de humedad, calor y fricción (ese es un proceso leve de enfieltrado).
Fijado: Es un proceso de acabado de la lana que se utiliza para estabilizar la tela de lana. La tela se mete en agua caliente, después en agua fría y después se hace pasar entre rodillos. Ésta es la lana lavada, que posibilita la confección de prendas que van a soportar lavados domésticos.
Decizatado: Produce un acabado liso, sin arrugas y un tanto suave en las telas de lana peinadas o cardadas y en mezclas de lana y fibras artificiales. El proceso es comparable a la plancha con vapor.
Maceado: Consiste en hacer pasar el tejido lentamente sobre un gran tambor de madera donde es golpeada con pequeñas mazas de madera; aplana los hilos y hace que el tejido parezca menos abierto. A mayor área de superficie le da más lustre, mayor absorbencia y suavidad a la tela.
Calandrado (torculado): Es un acabado mecánico que se realiza en conjuntos de rodillos a través de los cuales pasa la tela. Hay varios tipos, el calandrado simple, el calandrado por fricción, el torculado, el calandrado de moaré y el gofrado.
Rameado: Es otra de las operaciones finales, consistente en enderezar y, a la vez, secar las telas. Si la tela se introduce torcida en la rama, al sacarse quedará desviada de hilo (pata).
Secado de bolsas: Las toallas y telas elásticas, como los tejidos de punto, no se secan con una rama sino con una secadora de zigzag, donde se hace sin tensión.
Inspección: Las telas se revisan haciéndolas pasar sobre una revisadora con buena iluminación. Se cortan los hilos rotos y se marcan los defectos de manera que puedan hacerse ajustes al vender la tela.
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